Con diferentes ponencias vinculadas a la problemática de la violencia de género, el Poder Judicial de Formosa, renovó su compromiso de seguir trabajando para incorporar la perspectiva de género como un derecho y la transversalización de la igualdad en cada decisión que emana de sus tribunales, a la vez de redoblar esfuerzos en la lucha contra todo tipo de violencia contra la mujer.
En un acto oficial realizado el martes 25 en el edificio de Tribunales, autoridades judiciales ratificaron la necesidad de avanzar de manera sostenida con iniciativas y acciones que pongan en el foco en la prevención, sanción y erradicación de todo tipo de violencia contra la mujer, destacándose el invalorable trabajo que viene realizando la justicia provincial para visibilizar esta problemática social y fortalecer acciones y conductas que conlleven a lograr un trato igualitario, respetuoso y de empatía en el ámbito institucional.
La jornada, denominada “La Perspectiva de género dentro de la actividad jurisdiccional”, tuvo lugar a las 17 en la Escuela Judicial, en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se recuerda todos los 25 de noviembre.
Ante un auditorio colmado de asistentes, la apertura estuvo a cargo de la ministra del Superior Tribunal de Justicia, Claudia María Fernández, a su vez coordinadora de la Oficina de la Mujer del Poder Judicial, quien tras agradecer a todos los presentes por su participación en tan importante evento institucional, dijo que esta fecha interpela a todos profundamente, al tiempo que provoca un compromiso colectivo en la lucha contra el flagelo de la violencia contra la mujer.
“El abanico de violencia contra las mujeres es amplio”, afirmó la magistrada, que consideró muy oportuno preguntarse como sociedad, como institución y a nivel personal “que estamos haciendo para erradicar este flagelo y que más podemos hacer, para convertirnos en parte activa de este cambio cultural”.
La doctora Fernández puso el foco en la denominada violencia institucional, destacando que en este campo el Poder Judicial de Formosa viene trabajando hace rato y de muy buena manera, razón por la cual reafirmó el compromiso de seguir trabajando con el mismo empeño para construir y fortalecer espacios de respeto, igualdad y libre de violencia.
Llamó a modificar todo tipo de práctica que provoque este tipo de violencia, la cual no debe tener cabida en un sistema judicial que se precie de justo. “Hemos avanzado y tenemos una postura firme en este sentido”, enfatizó la ministra del STJ, quien bregó por mantener coherencia institucional en esta materia y sostener una postura enérgica y no mirar para lado ni ser cómplices de conductas de esta índole, ya que la “violencia institucional aniquila”, aseveró.
Consideró muy valorable este tipo de jornadas que deben ser aprovechadas porque constituyen espacios de aprendizaje y reflexión y exhortó a renovar el compromiso personal y colectivo de luchar contra la violencia hacia la mujer, en cualquiera de sus formas y tipos.
La misma moneda
Uno de los expositores de la jornada fue el juez del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 9 Fernando Ramón Ramírez, destacado y reconocido magistrado por haber introducido nuevas perspectivas jurídicas y avanzar a pasos firmes en la problemática de violencia de género condenando por primera vez, junto a los demás miembros del Tribunal, por tentativa de femicidio a un hombre que quiso matar a su ex mujer en el año 2010.

Al hablar en el acto en Tribunales, el destacado jurista instó a sus pares a entender la violencia de género no como un acto aislado, sino como la manifestación extrema de la discriminación estructural y fundamentó su postura en interpretaciones internacionales y en la necesidad práctica de transformar la forma en que el sistema judicial aborda los casos de violencia contra la mujer.
El doctor Ramírez señaló cómo los organismos internacionales están unificando el entendimiento de ambas problemáticas, citando directamente un precedente clave: "El comité de interpretación de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer y la violencia de género (CADEW), sacó la resolución 19 que establece que al hablar de discriminación también hay que leer violencia “porque discriminación y violencia son las dos caras de la misma moneda, se retroalimenta una con otra. La violencia logra imponer la discriminación y la discriminación perpetúa la violencia”, enfatizó.
Consideró el juez Ramírez que esta visión obliga al sistema judicial a ir más allá de la tipificación penal superficial de los hechos., razón por la cual remarcó que la adopción de la perspectiva de género no es una opción, sino una "herramienta de interpretación" obligatoria para comprender el contexto real de las víctimas.
Descartó la visión simplista de evaluar la reiteración de denuncias de violencia como una mera "actitud individual" de la mujer, señalando la existencia de fuertes mandatos culturales y económicos que atan a las víctimas: "Lo tengo que interpretar es que acá hay algo funcionando del orden de la diferencia de poder entre varones y mujeres, y esto tiene una serie de mandatos que están poniendo en la cabeza y que la están llevando lentamente hacia una muerte, una muerte desgraciadamente muchas veces real y física pero siempre una muerte en términos de falta de futuro falta de proyecto de vida”, advirtió.
No es beneficencia, es cumplimiento Constitucional
El doctor Ramírez fue categórico al desvincular la aplicación de la perspectiva de género de cualquier sentimiento de lástima o caridad, elevándola al plano del deber estatal y la legitimación del poder: "No hacemos beneficencia -enfatizó- me refiero a que cuando uno dice voy a aplicar la perspectiva de género, no lo estoy haciendo solamente porque me da pena esta mujer que está reclamando justicia. Lo que está atrás es cómo nosotros, agentes judiciales, integrantes de un poder del Estado, un poder político del Estado, hacemos realidad el principio de igualdad."
Finalmente, el magistrado marcó una diferencia fundamental entre la violencia intrafamiliar y la criminalidad común, y exhortó a mantener ciertos principios teniendo en claro la concepción política de que desde la función se está defendiendo la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. “Eso estamos defendiendo y que esto se tiene que concretar en medidas efectivas en nuestra acción jurisdiccional, no es un caso el que estamos resolviendo estamos resolviendo toda una situación que se refleja en ese caso”, insistió.
En gran parte de su exposición, el destacado magistrado hizo una impecable descripción histórica de casos concretos de discriminación y violencia contra la mujer consumados a lo largo del tiempo en países de Europa, Estados Unidos y Asia, la evolución que ha tenido esta lucha en los últimos siglos y cuál es la situación actual en nuestro país y en otras latitudes.
Herramientas y normativa clave
La segunda disertación estuvo a cargo de la jueza del Tribunal del Trabajo, Diana Pamela Ifrán, quien desarrolló su exposición sobre la base de conceptos y precedentes dirigidos a poner una mirada práctica para la transversalización de la perspectiva de género en el ámbito judicial y, más precisamente, en el campo laboral.
En este contexto, la jueza laboral señaló que perspectiva de género no es una ideología, ni el uso del lenguaje inclusivo, ni un privilegio probatorio, ni sinónimo de cuestión de mujeres, ni una opinión política, ni feminismo, ni una opinión moral, sino que busca la equidad.

“Es una herramienta interpretativa de carácter constitucional y convencional impuesta por los tratados internacionales para lograr la igualdad, la no discriminación y la tutela judicial efectiva”, sostuvo la doctora Ifrán, quien aseveró que la sentencia con perspectiva de género corrige valoraciones para dar una mirada objetiva al caso, reconociendo sesgos de grupos vulnerables.
Dijo más adelante que existe una cascada normativa, tanto internacional, como nacional y local, y puso el foco en la aplicación de la perspectiva de género en el Derecho Laboral, delineó sus alcances y desmintió conceptos erróneos comunes.
La expositora fue categórica al afirmar que la perspectiva de género no es una ideología, no es el uso del lenguaje inclusivo, no es un privilegio probatorio, no es una opinión política, no es feminismo, no es una opinión moral, “sino que se busca equidad”, y señaló que se trata de una herramienta que es de carácter interpretativa, que surge o es de carácter constitucional, convencional, “cuyo objetivo es lograr la igualdad, la no discriminación y la tutela judicial efectiva". En tal sentido, dijo que la sentencia dictada bajo esta óptica "no otorga privilegios, sino que lo que corrige son valoraciones pendiente a dar una mirada objetiva al caso reconociendo los sesgos estructurales”.
El marco normativo fue un punto central de su exposición, destacando el Convenio 190 sobre la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, al cual Argentina se adhirió tempranamente. Este convenio impone un límite de "tolerancia cero" a conductas inaceptables. “Su amplitud es notable, ya que abarca no solo al trabajador asalariado, sino también a "los pasantes, los aprendices, los voluntarios, las personas que se postulan a un empleo, las que están en una relación laboral no registrada, incluyendo ambos sectores, público y privado”, aseveró.
Además, señaló que la "violencia intrafamiliar también es un problema del mundo del trabajo" porque impacta directamente en la productividad y, en consecuencia, el empleador debe cumplir con el deber de "evitar todo riesgo a la integridad psicofísica y la dignidad del trabajador," un mandato reforzado por la Ley Micaela que ha capacitado a "todos los operadores de justicia."
Asimismo, consideró que al juzgar con esta perspectiva, es fundamental "analizar si hay un contexto de violencia, una relación asimétrica de poder y discriminación por interseccionalidad," siendo clave "plasmar la trayectoria de vida invisibilizada" y "justificar la selección de pruebas" para arribar a una sentencia legítima bajo los estándares de derechos humanos.
En el último tramo de la jornada, el licenciado Adrián Ortíz, director de Estadísticas del Poder Judicial presentó oficialmente el Observatorio interactivo de violencia de género e intrafamiliar, subrayando el compromiso institucional basado en la evidencia para combatir la problemática, mediante la fuerza de datos incontrastables.
El funcionario dijo que este proyecto pretende visibilizar y concientizar a la sociedad y a todos los actores involucrados en esta problemática, tras lo cual explicó el funcionamiento de este tablero de control, cuáles son sus fuentes de datos y la rigurosidad y veracidad de la información brindada a través de esta herramienta digital.
La jornada, organizada por la Oficina de la Mujer del Poder Judicial bajo la dirección de la doctora María Silvia Zaragoza, tuvo pasajes muy emotivos. Hubo un minuto de silencio para recordar a las víctimas de violencia de género, tras lo cual, con el salón a oscuras, todos los presentes encendieron las velas que recibieron al ingresar al evento, escuchando como música de fondo la canción “Honrar la Vida”, interpretada por Cinthya Montanaro.
También se proyectó un video institucional que reflejó el trabajo desarrollado por la Oficina de la Mujer y, para finalizar, se realizó una foto institucional y se extendieron certificados a los expositores: la ministra Fernández entregó al juez Ramírez y el presidente del STJ, Guillermo Horacio Alucín hizo lo propio con la jueza Ifrán.
Finalmente, se sirvió un café de despedida y se exhibieron en el acceso al salón numerosos documentos elaborados por la Oficina de la Mujer.
Al acto institucional asistieron además, el ministro Ariel Gustavo Coll, jueces y juezas de diferentes instancias y fueros, autoridades de la Justicia Federal, integrantes del Funcionariado e invitados especiales.
